En un gallinero muy tradicional vivía un gallo que a nadie dejaba arrimar era un enorme macho considerado el mas grande ejemplar, el era el rey de reyes, su plumaje era el símbolo de su Gallardía, cuidaba celosamente su gallinero, todos los dias al amanecer su canto extremista a toda la poblaciòn avisando que el nuevo día empezaba; contaba y recontaba a los integrantes de su comarca; se encargaba de que a ninguno le faltara el alimento.
Eran múltiples las ocupaciones de aquel gallo, entre fecundar huevos, cuidar gallinas, pollitos, proveer el alimento, despertar a los habitantes del pueblo después de vigilar la noche que ningún animal se acercara a su gallinero, así el tiempo iba pasando entre madrugada y madrugada. En aquel gallinero no duraban muchos los pollos, cuando empezaban a ser volantones siempre se vendían por su hermosura, tamaño y elegancia, dignos herederos de su padre. En un agosto caluroso nacieron nuevos integrantes de esta enorme familia, de cincuenta y seis huevos fecundados nacieron cincuenta y cinco hermosos pollitos el gallo estuvo pendiente de esta nueva generación, contó y recontó sus nuevos herederos.... verifico que estuvieran completos, sanos y claro, que se parecieran a él, inicio la presentación ante toda la comarca todas comentaban lo lindos que eran, lo gordos que habían nacido, terminado el protocolo ya el sol se escondía en las montañas y todas la gallinas a dormir.
Como es costumbre la nueva mamá regreso a su nido, que ya el gallo había limpiado cuidadosamente arrojando los cascarones y los residuos a un lado, con tanto calor los pollitos se sofocaban y se movían constantemente perturbando el sueño de mamá, de pronto escucho entre sueños unos extraños ruidos, siguió deseando conciliar el sueño, pero el sonido era tan agudo que decidió ir a investigar, al acercarse vio del único huevo no nacido salir uno pico y unas alas, con angustia y de prisa ayudo a separar las partes del cascarón... por fin libre era un pequeño un poco deforme y atontado pollito que salio dando votes por el suelo, ella lo acogió con cariño lo llevo a su nido y lo abrigo al lado de sus hermanos, a la mañana siguiente nadie noto nada raro en la nueva mamá y sus hijos, así transcurrió el día, pero al atardecer el gallo contó y recontó como de costumbre los integrantes de su familia, él si noto la presencia del pollito, pregunto a la gallina pero esta no le contó lo ocurrido, pensando en el posible rechazo hacia su hijo, los días transcurrieron y el pollito continuaba su vida a duras penas, sus escasas plumas amarillentas, sus alas casi arrastraban por el suelo, se movía con dificultad, su mamá lo cuidaba con esmero pero parecía que nada cambiaría la suerte del pollito, así fue ya cuando todos los pollos estaban volantones se vendieron como siempre fueron pelea- dados por los vecinos, pero el pollo no mostraba mejoría, continuaba durmiendo en el nido donde había nacido, casi nadie notaba su presencia ni ausencia excepto su mamá, quien lo quería con amor de mamá.
El enorme gallo continuaba con sus funciones dedicado por completo a sus labores, sin prestar atención a aquel pobre y desgraciado pollo, pero como los años no pasan en vano pues este rey de reyes empezó a sufrir los males de la edad, ya no cantaba a la misma hora y tampoco con la misma fuerza e intensidad de siempre, así que en algunas ocasiones no despertaba los habitantes del pueblo, quienes comentaban que se debía remplazar al animal porque los campesinos empezaban tarde sus labores, los niños llegan tarde al colegio, las tiendas perdían clientela, el pueblo era un caos, el gallo sufría en silencio sus males y penas porque para un rey perder así su corona es una tragedia, también el ahora gallo enfermizo que no se atrevía tan siquiera a cantar y mucho menos a mirar a su padre de frente, sufría a causa de su timidez y en una tarde lluviosa de abril decidió subir con su madre al gallinero donde dormían todos las gallinas y su padre, quien lo miro de manera despectiva. Una madrugada en que continuaba lloviendo se despertó y miro a su padre ya casi sin plumas, mojado y agotado y viendo que era la hora de despertar a todo el mundo y este seguía durmiendo, decidió ayudarlo, ensayo en silencio una y otra vez hasta que soltó su canto que como una melodía retumbo por todo el pueblo.
Desde aquel día todo volvió a ser como antes en el pueblo se comentaba que había resucitado el rey, pero en el gallinero todos sabían lo que había pasado.....
Cipas: Marfel.
Comentario: SANDRA MILENA GONZALEZ CORTES-
ResponderEliminarCIPAS JAS
Observamos como este cuento nos demuestra la lucha por salir adelante a pesar de las dificultades, como un animal del cual no esperaban que llegara a sostenerce logro romper esa timidez y dejar ver sus cualidades.
Considerandondolo asi que poco a poco cada uno de nosostros podemos romper barreras o cadenas que nos amarran y que con nuestra lucha diaria y nuestra esperanza llegaremos a demostrar que podemos ser más de lo que espera la comunidad, la familia y la sociedad.
Este es un cuento que deja una enseñanza para la vida diaria. Muchas veces pensamos que las personas tímidas y calladas, lo son porque no tienen qué expresar, pero son las personas que mejor analizan cada cosa, y cuando hablan, dan a conocer aspectos importantes, que talves antes no se habian tenido en cuenta.
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ResponderEliminarEsta historia resalta los prejuicios que todos tenemos y finalmente por estos perdemos la oportunidad de aprender cosas y conocer personas valiosas, o sencillamente discriminamos por apariencia, cuando realmente si todos fuésemos iguales, sencillamente no existiríamos.
ResponderEliminartiene muy buena imaginacion y maneja una buena estructura del cuento "Lastima que tengan el gallo pelao"
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